Hoy en visionarios con propósito: Balbín Amable
Balbín Amable AguaySol Nació en un pueblo tucumano de Amaiche del valle y allí eligió seguir viviendo. El camino descalzo a la fuerza hasta los 8 años y nunca aprendió a jugar por falta de juguetes. Con 34 años cumplió más sueños que los que alguna vez soñó y sigue soñando.
Balbín se calzó las zapatillas y ya nada pudo detener su andar:
*Lucho para poder estudiar
*Estudio para seguir luchando
*Levantó su propia escuela para enseñarles a otros chicos como luchar
*meneja una fundación solidaria
*Abrió un museo en medio de los valles calchaquíes
*Empezó a darles charlas a empresarios sobre una obsesión la identidad cultural.
Balbín vive en Amaicha un rincón polvoriento de los valles calchaquíes donde el sol brilla los 365 días del año.
El valle calchaquí no tiene banco y los tres almacenes se hacen llamar despensas y la comisaría carece de patrullero moto o bicicleta un lugar donde la gente busca la cara del otro para saludarlo los autos circulan con menor intensidad que los caballos y el asfalto sólo alcanzó para 4 cuadras porque lo que le sigue son caminos de tierra plegados de piedras entre algarrobos.
Su infancia dura:
La infancia de Balbín no fue nada fácil vivió en Amfala con su padre y su madre, su padre trabajo en la zafra y su madre Nicolaza se dedicaba al tejido y la alfarería, luego se mudaron a Amaicha un lugar llamado los Zazos pero para poder ir a la escuela y la abuela le consiguió sus primeras zapatillas, él terminaba las clase los 25 de mayo para poder ir con su padre a Zafra. Sus padres no tenían casa, fue duro pero al tiempo comenzaron a construir a mano lo que sería su propia casa. Junto con su padre preparaban los ladrillos de adobe (con agua, barro y paja), uno a uno juntando piedras del río seco y las cargaban a 300 metros sin ayuda.
Las privaciones en sus estudios:
En quinto grado las cosas comenzaron a cambiar para Balbín su maestro le vió un brillo especial y se lo llevo a vivir en su casa para alejarlo de las privaciones de su situación.
El chico le ayudaría a su maestro a terminar las paredes y a cambio el maestro le enseñaría dibujo, materia en la que Balbín se destacaba, arte y música. Su maestro se asombró tanto le mostraba fotos de edificios y Balbín los dibujaba con perspectiva y Balbín nunca había visto uno.
Cuando terminó la primaria este maestro lo instó a seguir la secundaria algo poco común en Amaicha y a los 14 años lo consiguió, encontró alojamiento en la casa de su primo y comenzó a estudiar en una escuela de Catamarca llamada Santa María a 22 km de su casa. Allí lo discriminaban y lo apodaban “talón rajado” por la marca que le dejaba el yute sobre la piel.
A pesar de todo terminó el secundario y la sed de seguir perfeccionándose no se le calmaba con nada.
Sus proyectos:
Soñó con estudiar arquitectura pero no había siquiera como acercarse a la facultad, así que optó por la única carrera disponible en la zona: magisterio y recién ahí descubrió su verdadera vocación.
Y comenzó a analizar la educación y se dio cuenta lo errada que estaba la educación, en su época la escuela le habían enseñado siempre desde niño que tenían que buscar afuera un mejor nivel de vida porque donde vivían no había solución, también empezó a analizar la situación de los jóvenes y en una manera de sacarlos del alcoholismo adolescente y del embarazo prematuro que cada día se presentaba en su pueblo, no quería que se repitiera la historia de desarraigo de años atrás.y recién al encontrar un motivo para estudiar comenzó a estudiar en serio no solo de los libros sino de la vida.
No le fue fácil comenzar a dar clase una vez recibido fue duro, lo intento todo por empezar a dar clases en Neuquén, pero no tenía los puntajes que pedían los cursos docentes para calificar y menos contaba aún con el dinero para hacerlos… Pero igual no se dio por vencido, más tarde le nació la idea de crear una fundación y apareció la gran oportunidad en la forma de un curso estatal para animadores comunitarios y le pidieron que dibujara un proyecto orientado a la vivienda, la salud o el agua potable y Balbín contraatacó con la educación su fuerte, y se lo aprobaron con un subsidio de 5.200 pesos en dos cuotas el hizo maravillas con ese dinero y levanto una escuelita con ladrillos de adobe, luego estableció un museo con testimonios de su cultura, hoy día participa en foros empresariales junto a Mauricio Macri y De Narváez, un visionario que nunca dejo de soñar y de crecer.
Fuente: CNL